Photobucket

Engaños


Los engaños del demonio al exorcista.


El demonio suele, las mas de las veces, responder con engaños al exorcista, y se manifiesta con dificultad para cansar y fatigar al exorcista y que este desista del exorcismo o bien puede hacer creer que el fiel no es atormentado por el demonio. Otras veces se esconde, después de haberse manifestado, y deja de atormentar el cuerpo, para hacer creer que la persona ha quedado liberada; pero el exorcista no debe cesar de exorcizar hasta vea señales ciertas y fehacientes de la liberación del cautivo.
Respecto a los engaños, no puedo dejar de acordarme de un caso donde se pone de manifiesto la astucia del demonio.
Se trataba de un caso de posesión diabólica, era el propio diablo Lucifer el que poseía y tras una dura sesión la persona se había liberado; es decir, el demonio se había ido con indicios de que podía ser definitiva su partida pero como sabemos que se ha de ser muy prudentes, citamos a la persona para la semana siguiente para corroborar su liberación.
Me fui a Fátima (Portugal)y volvía expresamente para asistir al exorcismo de esta persona, para lo cual acorté incluso esas mini vacaciones para estar presente dado el interés que tenía por ella. Y volvía directamente a la capilla cuando me encontré la siguiente escena, el exorcismo se había celebrado en ese mismo instante en el que yo llegaba, se había adelantado una hora, el exorcista dijo que que todo había transcurrido bien y que seguía liberada y cuando pregunté por los detalles me dí cuenta que todo había sido un engaño manifiesto del diablo. Se volvió a repetir conforme yo pedía y, vamos es que, no hizo falta ni provocar al demonio, los ojos los ponía en blanco con las pupilas hacia arriba lo que indicaba que seguía lo posesión de Lucifer.
También es cierto que algunas veces los demonios ponen todos los impedimentos que pueden para que el poseído no se sujete a los exorcismos, a veces procuran persuadir de que se trata de una enfermedad (1).

Hay un engaño que hace daño al exorcista y aunque se ha comentado de pasada voy hacer hincapié en el porque me parece interesante.El demonio en general, pero si es el diablo con el que te enfrentas con mucha mas razón, capaz es de hacer creer a terceras personas que no se está ante un caso de posesión diabólica y si ante un caso de psiquiatría, bien porque sea capaz en el momento clave de modificar su comportamiento en el poseído, o bien actuando directamente sobre terceras personas, ya sea seglar o religiosa, mediante insinuación o pensamiento, o de ambas maneras simultáneamente tanto en el comportamiento de uno como en el pensamiento del otro. 
También actúa, y con mas razón, sobre el propio poseído haciéndole creer que lo que le sucede no es diabólico y sí una psicopatía. Y no importe que lleves tres o cuatro años exorcizando a la persona en cuestión, al final te la puede montar.
¿Porqué espera tan tarde para manifestarse en ese sentido?
Entre el diablo Lucifer y cualquier otro demonio veo una diferencia abismal, aunque ese demonio sea el propio Satanás. Durante el tiempo que dura la posesión, el demonio va minando la voluntad del poseso y sigue un proceso de mimetizarse con el interesado para que manteniéndose en él, nadie note que él está ahí presenta y es el que realmente maneja al fiel; el mimetizarse es en la voz y en el comportamiento.
Una vez que domina la situación, empieza la maniobra de decir que no se trata de posesión y si de patología psíquica y con descaro te dice que le acompañes al psicólogo.
A mi me ha pasado pero en vez de irme al psicólogo con la persona, lo que hice fue sentarla en una silla y decirle ahora vas a ver si lo que tienes es posesión o no. Al cabo de poco tiempo pero hostigándole con fuerza conseguí que se manifestara.

En ocasiones en medio del exorcismo hacen bostezar y dormir al doliente, y le muestran alguna visión, para que parezca que está libre.
Lo mantiene bostezando o medio dormido haciéndole ver una serie de visiones y el demonio se mantiene al margen sin entrar en escena, el exorcista que ve que no hay ninguna reacción del demonio, termina aburrido, acortando la sesión y convirtiéndola en un mero trámite, a veces tiene la sospecha de que está mejor y cree que mas de eso no se puede conseguir, llegando a veces a decir: "Te encuentro muy mejorada, solo te queda pequeñas secuelas" Cuando no es así y está siendo engañado de principio a fin.
Otras veces permite que el poseído se aquiete, y reciba la Sagrada Eucaristía para dar la impresión de que se han marchado. Son innumerables sus artes y mañas para engañar al hombre y así el exorcista ha de estar muy atento para no ser engañado.
No se deben establecer conversaciones con el demonio ni hacerle preguntas curiosas o vanas, principalmente ocultas o que estén por venir; ni se ha de perder el tiempo en preguntas no necesarias, ni tocantes a su oficio, antes bien, hay que hacerle callar y que solo responda a lo que se le pregunte. Y si dijera el demonio que es el alma de algún santo, o difunto, o que es ángel bueno, no se le ha de dar crédito.

En cierta ocasión nos traen una persona para recibir el exorcismo que se resistía con fuerza, se trataba de una señora de mediana edad, natural de Sudamérica, creo recordar de Colombia y prácticamente la llevaron en volandas hasta depositarla en la camilla, inmovilizada por los familiares que la acompañaban, se inicia el exorcismo y entra en trance rápidamente con las primeras bendiciones, el "espíritu" que la posee dice llamarse Antonio y según cuenta conoció en vida a la poseída pero fue asesinado cerca de su domicilio. Para nada hacemos caso a sus palabras, el exorcismo continua y se libera. Se fue tan feliz y no volvimos a saber de ella.
Recuerdo estos detalles por lo que me pasó a los dos o tres días y fue que hablando con una persona que la estábamos tratando también pero y como es lógico en estado normal de vigilia, me preguntó que como había ido la sesión y yo sin darle mucha importancia dije: bien se liberó una persona que traía un demonio que se llamaba Antonio e hice el siguiente comentario en voz alta: ¡vamos!, ¿como un demonio puede tener el nombre de un santo? en ese momento, esta persona entra en trance y me contesta el diablo con su voz ronca: JOOOOO, JOOOOO, JOOOOOO Una risotada que jamás se me olvidará.
Las preguntas necesarias que ha de hacer el exorcista, son el número y nombre de los espíritus inmundos que atormentan al endemoniado, el tiempo que hace que entraron, la causa por lo que lo hicieron y otras de esta índole. Las risas, burlas, gracias y gestos del poseído, has de ser menospreciadas y reprendidas y advertir a los acompañantes que no hagan caso de ellas, ni hagan preguntas, ni den ningún tipo de respuestas, sino que con insistencia y humildad rueguen a Dios por él.
Los exorcismos han de ser hechos y leídos de manera imperativa y con autoridad, con gran fe, humildad y fervor. Y cuando vea que el demonio da muestras de estar atormentado, es el momento de darle mayor intensidad. Y si se viera que el poseído muestra alguna conmoción, dolor o hinchazón en alguna parte de su cuerpo, se ha de hacer ahí mismo la señal de la cruz (+) y se ha de echar agua bendita. Se debe observar también ante que palabra se conturba y tiembla más el demonio para repetirlas una y otra vez, muchas veces y si se llegara a un punto culminante, con mas motivo hay que aumentarle la pena y su intensidad.Y si se reconociera que el demonio da muestra de gran soberbia hay que tratarlo de humillar, tratándolo mal con palabras, oprobios y desprecio, llamándole espíritu sucio, inmundo, malvado, etc. Todo se ha de realizar con gran fe, acordándose de la potestad que se ha recibido sobre los demonios. Y si se observara que el exorcismo está siendo de provecho se ha de perseverar en el conjuro el tiempo necesario hasta alcanzar la victoria.
Cuando se exorciza a una mujer, se ha de procurar  realizarlo de manera honesta y que los familiares y/o acompañantes de la misma sean los que la sujeten y que las acciones y palabras no sean nunca ocasión de un mal pensamiento para si mismo ni para las personas que acompañan.
Si el exorcista va a mantener su actividad durante largo tiempo, conviene que se provea de una camilla en la que poder tender e inmovilizar al poseído y así poder ejercer su ministerio con mas seguridad. 
Cuando se conjura el exorcista ha de usar palabras de la Sagrada Escritura antes que otras suyas o agenas y se ha de insistir al demonio que declare si está en ese cuerpo por algún maleficio y si tiene algunas señales o instrumentos de ellos y si se los han echado por la boca que los vomite y si están en algún otro sitio fuera del cuerpo, diga donde se encuentran para una vez localizados, se quemen.
Antes de realizar el exorcismo conviene tener la conciencia limpia mediante la confesión o al menos mediante algún acto de contrición, y si fuera posible luego de celebrar el Sacrificio de la Misa. En el caso de que se tratara de espíritus mudos, es conveniente la oración y el ayuno conforme la recomendación de nuestro Señor Jesucristo y se ha de encargar a otros la misma recomendación por el poseído ya que estos dos remedios son muy eficaces para conseguir el auxilio divino y expulsar demonios. Conviene también que el propio fiel vejado haga para sí también lo mismo si la salud se lo permite y tiene disposición para ello y que además confiese y comulgue muchas veces a la consideración de su confesor y que descubra todas sus tentaciones al exorcista; y que cuando es exorcizado, se recoja dentro de si, se vuelva a Dios y con fe le pida con humildad la salud, si esto es conveniente para su salvación; y que tenga mucha paciencia cuando con mas vehemencia fuera atormentado, sin desconfiar nunca de la divina misericordia.
El exorcista debe tener a mano y de forma visible un Crucifijo, reliquias de santos recogidas y cubiertas y que podrá aplicar con reverencia en el pecho, cabeza o vientre  del endemoniado pero mirando siempre que las cosas sagradas no se traten indignamente, y cuidando que el demonio no les haga ninguna injuria. Por peligro de irreverencia, no se pondrá el Santísimo Sacramento sobre la cabeza ni se le acercará a otra parte del cuerpo.
El energúmeno y si fuera posible, lo han de llevar a la iglesia para ser exorcizado allí, o en otro lugar religioso y honesto, apartado del bullicio y de la multitud. Pero si estuviera enfermo o impedido, se podrá exorcizar en casa particular.